En el cielo ante la llegada de tanta gente, es tanto el trabajo, que Dios forma filas de hombres y mujeres.
Pero como eran tantos, comienza a dividir las filas y habla a todos los hombres:
Cuando Dios vuelve, se encuentra con una fila de kilómetros que corresponde a los ‘dominados’ y un sólo un hombre en la otra fila.
¡¡¡Aprended de este hombre!!! Cuéntales a todos, hijo, cómo conseguiste dominar a tu mujer y ser el único en esta fila…
El hombre mira a todos, se encoge de hombros y responde:
– No sé… Mi mujer me dijo que me pusiera aquí…